
Por el IESMP
Del 1 al 7 de agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna dedicada a reivindicar, difundir y dar visibilidad al apoyo y la protección a la lactancia materna como un derecho. Este año el lema es “Prioricemos la lactancia materna: construyendo sistemas de apoyo sostenibles” y la campaña está enfocada al medio ambiente y el cambio climático, destacando la importancia de promover sistemas de apoyo sólidos y sostenibles para la lactancia materna.
La lactancia materna exclusiva tiene un impacto ambiental significativamente menor que la alimentación con fórmula. Promover la lactancia materna no solo es beneficioso para la salud infantil y materna, sino también para el planeta (1).
La alimentación con fórmula tiene un mayor impacto ambiental (aproximadamente un 48% más de huella de carbono) que la lactancia materna exclusiva (2). La lactancia materna exclusiva debe protegerse y promoverse no solo como la opción más saludable, sino también como la más sostenible.
La producción de leche artificial implica emisiones significativas de gases de efecto invernadero, uso intensivo de agua, energía y recursos agrícolas (especialmente leche de vaca). También genera residuos por envases y transporte.
La leche materna es producida localmente, sin embalajes ni transporte, y no requiere energía adicional ni procesamiento industrial. A diferencia de la fórmula, no contribuye al cambio climático ni a la contaminación. La lactancia provee unos 21,9 mil millones de litros de leche humana por año que no se aprovechan adecuadamente por falta de inversión gubernamental. Esta labor altamente productiva no se contabiliza en el PIB ni en estadísticas alimentarias nacionales, mientras que la venta de fórmula se contabiliza como crecimiento económico.
La producción de fórmula genera entre 11 y 14 kg de CO₂ por kg de producto, y requiere más de 5.000 litros de agua en su ciclo de vida (3). Alimentar un bebé exclusivamente con fórmula durante seis meses produce entre 226 y 288 kg de CO₂, con impactos significativamente mayores que si fuese alimentado con leche materna. Aumentar las tasas de lactancia reduciría mucho más las emisiones de gases de efecto invernadero que mejorar los procesos de producción de fórmula.
Integrar la lactancia en el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de las Naciones Unidas permitiría que los países con altos recursos financieros apoyen intervenciones en lactancia en países de ingresos bajos o medios como compensación de carbono. Estas intervenciones incluirían: licencia por maternidad remunerada, cuidado posnatal, entornos favorables a la lactancia y regulación del marketing de fórmula.
Desde el IESMP promovemos un apoyo a la lactancia desde el modelo ecosistémico perinatal, que tenga en cuenta la salud mental de madres y bebés y que permita a los profesionales comprender la complejidad del amamantamiento como experiencia relacional primordial, amenazada por contextos que no reconocen ni dan valor al hecho de amamantar.
Con motivo de la SMLM hemos preparado diversas acciones, encuentros, actividades, descuentos en formación de lactancia y reivindicaciones por una lactancia segura, informada y acompañada, que reconozca las necesidades de madres, bebés y familias, además de sumarnos a la difusión de la campaña impulsada desde WABA (World Alliance for Breastfeeding Action).
Toma nota de todo:
- Encuentro LACTALUMNI: 5 de agosto a las 19 h.
- Descuento de un 15% en las formaciones de lactancia hasta el 15 de agosto.
- Difusión de la campaña de la WABA.
- Webinar gratuito ‘Dar prioridad a la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles‘: celebrado el 31 de julio.
- Instagram LIVE sobre lactancia celebrado el 24 de julio.
- Además tenemos esta clase en abierto ‘Los retos de la lactancia materna en un mundo regido por el mercado‘ del doctor Rafael Pérez Escamilla.